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Olimpia: El ejemplo y recuerdo de alumnos, maestros y familias en la primera cinta animada del 68

27/09/2019 - 12:02 am

Olimpia se introduce hasta la mente los estudiantes, su discurso y las causas por las que lucharon. Los personajes principales son jóvenes universitarios que incluso a través del arte quieren hacerse escuchar.

La matanza contra estudiantes y la sociedad civil que dejó, según medios internacionales, cientos de muertos tampoco es puesta en escena, pues el objetivo del filme era sumergirse en el movimiento y los obstáculos, como la censura y el miedo, a los que fueron sometidos.

Ciudad de México, 27 de septiembre (SinEmbargo).– Olimpia, el trabajo más reciente del director mexicano José Manuel Cravioto, es la primera cinta animada que retrata el Movimiento Estudiantil del 68.

Bajo la técnica llamada rotoscopía, que da la sensación de estar mirando imágenes pintadas, estos fotogramas fueron realizados por más de 100 artistas de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, para mostrar así una mirada distinta de lo que sucedió antes y después de la matanza del 2 de octubre, ahora a través de la perspectiva de las brigadas de estudiantes.

La idea de crear Olimpia surgió en la mente de Cravioto desde que era niño, en sus palabras, siempre estuvo presente en sus pensamientos hacerla.

Fotografías, videos, el relato de su padre que estudiaba en la UNAM, así como la historia de su abuelo, un General en retiro, fueron parte fundamental para ir construyendo guión. Sin embargo, fueron sus profesores del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) –quienes filmaron el documental El Grito (1968)– los que los inspiraron a la cinta hacía el espíritu universitario y el pensamiento revolucionario de los jóvenes estudiantes.

“Había todo este espíritu universitario que si estudiaste en la UNAM sabes a qué me refiero, que es este orgullo universitario, esta mística que desde el día uno que entras es como si te hubieran metido una Tarjeta SSD en el cerebro con un Puma y hay toda una energía, y un orgullo para repetirlo así. Entonces si mezclas todo eso, ya está gestándose Olimpia”, dijo en entrevista para SinEmbargo, José Manuel Cravioto.

El filme está basado en historias verdaderas que se retomaron gracias a los testimonios de fotógrafos, cinematógrafos, personas que vivieron como estudiantes el hecho violento y documentos para que la historia también pueda llegar a las nuevas generaciones.

“Los seguimos recordando porque todavía hay cosas que aprenderle, siento yo; por un lado todavía vivimos mucha violencia de diferentes tipos en el país y en el mundo, entonces de alguna manera el movimiento 68 es un poco una obra maestra de los estudiantes de cómo protegernos a nosotros como sociedad, y cómo cada quien podemos hacer un ‘alguito’ por el otro, y un algo por la sociedad, ya sea una foto, ya sea un poema”, comentó el actor Daniel Mandoki, quien da vida a un joven estudiante que usa la fotografía para exhibir la fuerza con la militares sometieron a estudiantes.

José Manuel Cravioto buscó exponer en Olimpia la fuerza del movimiento en contra de toda la represión que existía por parte del Gobierno priista de Gustavo Díaz Ordaz no sólo con las brigadas estudiantiles, sino también con la sociedad: maestros y familias enteras manifestándose pacíficamente exigiendo respeto a sus derechos. Una acción que afirma no se ha vuelto a ver en los últimos 50 años con esa magnitud y trascendencia.

“En los últimos 50 años qué otra cosa hemos sentido nosotros que está en peligro, que podamos perder. Lo que pasa es que como no ha sucedido eso, no somos conscientes de lo delicado que son tantos derechos que tenemos. En el 68 fue un momento en el que era muy obvio los derechos que se estaban trastocando, y también era muy inocente la sociedad, en cuanto al crear que el ‘papá Gobierno’ no iba a matar al ‘hijo pueblo’. Esta combinación de factores, de inocencias y de torpezas no se repitieron en los últimos 50 años e incluso tuvieron un efecto que estamos viviendo ahora, entonces se repite como si fuera un patrón”.

La cinta se introduce hasta la mente los estudiantes, su discurso y las causas por las que luchan. Los personajes principales son jóvenes universitarios que incluso a través del arte quieren hacerse escuchar, salir del dogma.

La matanza contra estudiantes y la sociedad civil que dejó, según medios internacionales, cientos de muertos tampoco es puesta en escena, pues el objetivo del filme era sumergirse en el surgimiento del movimiento y los obstáculos, como la censura y el miedo, a los que fueron sometidos.

Las filmaciones de la matanza fueron censuradas por el Gobierno. Foto: Especial
Raquel busca que su voz sea escuchada. Foto: Especial

El actor Luis Curiel interpreta a joven estudiante de arquitectura aficionado a la fotografía que busca filmar los actos violentos perpetrados por parte del Ejército.

“Es una película que nos recuerda que antes había una conciencia, un mayor compromiso hacia involucrarte en la política o en la legislación del país, en cómo iban a suceder las cosas, y de pronto esta generación está desinteresada por este tipo de temas, porque duele y entonces esta película te muestra que antes del dolor, antes que la cicatriz, de la herida, había ganas, había espíritu, había voluntad, había fe de cambiar las cosas, establecer un nuevo orden, un nuevo funcionamiento, y creo que eso es el valor de la película”, afirma Curiel.

Para Nicolasa Ortiz la apatía de algunas de las generaciones no es cuestión de interés: “No hay una falta de interés para nada, pero sí hay una desconexión y una desconcentración muy grande de la que somos parte”.

“Más que falta de interés creo que también por un lado es falta de organización el ponernos de acuerdo, de juntarnos, y sí veo a mucha gente interesada pero por sus caminos individuales, y nos siento divididos. Creo que por eso la película es importante porque todo mundo se junta y todo mundo se organiza”, agregó Mandoki.

Hace unos días en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), durante la presentación de su cinta Mano de obra, el cineasta mexicano David Zonana destacó la importancia de que el cine denuncie injusticias sociales. “Son la prueba de que es una problemática que ha existido desde hace mucho tiempo en México. Es algo que se debe traer a la mesa y realmente soy de la idea que el arte sí genera conciencia y sí genera cambios”, según rescató EFE.

José Manuel Cravioto piensa que existe espacio para todas las voces y películas en la industria, pero destacó que el cine es un arte más, que como todos, tiene una postura, un discurso.

“Lo interesante de esta postura es que se convierte en algo colectivo, al final puede ser escrito, hablando, pero si el director no lo entiende ni lo lleva, pero si los actores no transpiran, el fotógrafo no entendió que a través de la luz ese mensaje va a llegar al final una pieza cinematográfica, por pequeña que sea en el mayor de los casos, es una pieza política”.

“En el caso de Olimpia es muy política en el sentido que habla de un país, de una generación, y cuestiona a las nuevas generaciones hacia qué tanto saben de sucesos de su país, de su colonia, de su ciudad. Nos enfrenta como generaciones, nos compromete a seguir llevando a esta estafeta audiovisual, cinematográfica durante años para que sigan hablando de temas importantes y trascendentes, y mientras tanto siempre habrá espacio para ver la tonta película que está en cartelera con palomitas y la pasamos muy bien”.

Bianka Estrada
Me gusta hablar sobre series, películas, documentales y mucho streaming. Cine mexicano para todos. Le busco el otro lado al entretenimiento: el social. Datos y datos para no aburrirnos.
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